Dos boricuas viven entre la "tensión" de Jerusalén - Lo que se mueve en Santo Domingo

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viernes, 3 de abril de 2015

Dos boricuas viven entre la "tensión" de Jerusalén

El evangélico Samuel Pagán tomó la decisión de mudarse a Jerusalén junto a su esposa, la también pastora Noemí Pagán. (AP)


En 2007, el pastor evangélico Samuel Pagán decidió junto a su esposa, la también pastora Noemí Pagán, mudarse y vivir en Jerusalén.

“Como yo me dedico al estudio de la Biblia, quería hacer estudios más profundos sobre la Biblia. Quería conocer un poco más del desafío y los problemas entre Israel y las comunidades palestinas, y queríamos también crear un programa educativo para llevar personas que quieran ir a la Tierra Santa, que no solamente quieran conocer sobre el ministerio de Jesús, sino comprender los desafíos que hay en el Oriente Medio, especialmente en la Tierra Santa”, destacó el pastor, quien es decano de Programas Hispánicos del Jerusalem Center For Biblical Studies. Allí su esposa también es profesora de educación y espiritualidad, así como de español.

Al cabo de ocho años, contó que la experiencia ha sido enriquecedora aunque no ha dejado de requerir ajustes.

“Hemos tenido una experiencia muy buena, grata. Es una cultura diferente y nosotros somos de Latinoamérica. Es una cultura en la que el honor juega un papel protagónico”, señaló.

“Es una cultura en la que el perdón juega un papel secundario. Recuerde que es el mundo del ojo por ojo y diente por diente. Es una cultura donde la tensión política, económica, social y militar está continuamente presente. Todo eso uno lo ve. Además, es un idioma diferente. En Israel se habla hebreo y árabe”, puntualizó.

Además, aseguró que se tienen conceptos errados sobre la relación entre palestinos e israelíes. “Este asunto que la gente piensa que donde se ven los israelíes y los palestinos se insultan, eso no es verdad. Hay bolsillos de tensión y de dificultades como en Puerto Rico que hay lugares que uno no va a las 2:00 p.m. ni a las 2:00 a.m. Pero la gran mayoría del pueblo isarelí y del pueblo palestino lo que quiere es vivir en paz, armonía y respeto mutuo”, aseveró Pagán.

De inmediato, advirtió que desde antes de mudarse, en el 2007, ya se habían familiarizado con Jerusalén.

“Fuimos allá primero. Hay ajustes culturales de comida, pero como fuimos comprometidos y ya maduros, y a servir pues nos ha ido muy bien. Tenemos muy buenos amigos en el mundo judío y en el musulmán. Hemos podido ver un poco el desafío que es ser cristiano en el oriente medio en general y en la Tierra Santa en particular”, dijo.

Sin embargo, no han estado exentos de la lucha entre palestinos e israelíes.

“El desafío mayor es que, como es una cultura que está en tensión continuamente y ha habido guerra tanto un grupo como otro, quieren que nos solidaricemos con ellos. Y lo que decimos es ‘estamos a favor de la paz. La paz que no es fruto de la violencia. Estamos a favor de la paz que se fundamenta en la justicia’. Por tal razón, nosotros apoyamos las causas de la gente en necesidad”, afirmó.

Dijo que estaban en Jerusalén cuando se produjo el atentado mortal contra las Torres Gemelas de Nueva York. Igualmente, han visto las guerras que se han producido en la franja de Gaza y los atentados terroristas “con bombas en los cafés y los trenes”.

¿Por qué quedarse allá entonces?, cuestionó este diario. “Porque somos cristianos y ministros los dos. Nuestro mundo es el de academia. Afirmamos el hecho de que es muy importante para la Iglesia cristiana dar un buen testimonio y servir de manera adecuada en lugares donde hay mucha tensión en el mundo. Estamos allí con el deseo de dar un buen testimonio cristiano y representar el ministerio de Jesús. Nuestra fe afirma la importancia de la paz, que se fundamenta en la justicia”, afirmó.

“Tratamos que en nuestro estilo de vida, en nuestros cursos, conferencias y libros transmitir a la cultura judía, musulmana, palestina e israelí los valores de la fe cristiana, de una forma óptima”, agregó no sin antes indicar que también pueden vivir en Jerusalén porque sus hijos ya son adultos y no viven con ellos.

Además, no pierden el contacto con el terruño boricua, la que visitan varias veces al año.

“Sí (lo extrañamos). Especialmemnte extrañamos las Navidades, Acción de Gracias, los días de padres y los cumpleaños. Pero con el mundo de la tecnología tan desarrollada, podemos tener comunicación más continua”, señaló el pastor.

Por el momento no está en el panorama inmediato regresar a Puerto Rico, contó. Pero aprovechó la entrevista para enviar un mensaje al pueblo puertorriqueño con motivo de la celebración de la Semana Santa.

“El gran secreto del sacrificio de Jesús no fue enseñarnos cómo es que se muere. La gran enseñanza de Jesús de Nazareth es enseñarnos cómo es que se vive con dignidad, en paz, con justicia, con esperanza en medio de los grandes desafíos de la vida”, afirmó.

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