Alegría. Momento cuando la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández introduce al niño Rafael de Jesús Minaya, al centro con gorra, ante el papa Francisco, quien sonríe mientras estrecha la mano del pequeño de Gurabo.
La vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, participó con el niño Rafael de Jesús Minaya, de Gurabo, Santiago, en el acto en el cual Su Santidad Papa Francisco conoció la historia de niños de distintas partes del mundo, siendo Rafael de Jesús el único latinoamericano en ser recibido para la ocasión.
Dirigiéndose a Su Santidad en español, el niño le contó que nació con una dificultad en el corazón, lo que no le permitía tener una vida normal, obligado a vivir enfermo todos los días, pero que por la ayuda de la Vicepresidenta de su país, le habían hecho un trasplante de corazón. Al ser diagnosticado, Rafael de Jesús tenía pocas perspectivas de vida.
El Papa Francisco manifestó sentirse “conmovido” por el caso de Rafael de Jesús. Ante esta historia, Su Santidad reflexionó sobre las dificultades que enfrentan muchos niños en el mundo. “A mí no me gusta que digan que son niños con una discapacidad. Son niños con habilidades especiales”, reflexionó el Papa Francisco.
Su participación en el evento, consistió en un conversatorio con Su Santidad, donde el Papa y la Fábrica de la Paz, entidad organizadora del evento, hicieron un llamado al mundo a unirse por la paz, especialmente a los niños, futuro de la humanidad.
En el acto participaron más de 8 mil niños de todo el mundo, afectados de algún tipo de habilidad especial o que han superado alguna enfermedad catastrófica, y solo unos cuantos de estos fueron elegidos para conversar con Su Santidad, en el marco de un evento organizado por la Comisión de los Derechos del Niño y la Fundación Fábrica de la Paz.
Rafael de Jesus viajó a Barcelona en marzo del 2014, por gestiones de la Vicepresidenta de la República, donde fue operado por medio de su gestión en el hospital Vall d’Hebron en el mes de mayo del 2014, con el apoyo del gobierno de Cataluña y del Hospital Vall d’Hebrón en Barcelona. El niño agradeció a Dios por la gestión hecha para el bienestar de su vida, y a la Vicepresidenta, porque ahora “podré cumplir mis sueños”.
Su historia conmovió a Su Santidad, quien lo invitó a ser uno de los niños elegidos para contar su historia ante un auditorio de 8 mi personas en el Vaticano.
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