Florencia - Acompañado por su musa inseparable, la cantante Katy Perry, Jeremy Scott -el Andy Warhol de la moda- ha convertido de nuevo la pasarela de Moschino en un ejercicio surrealista de iconografía pop y humor, que vestirán a su creciente número de seguidores la próxima temporada de primavera/verano 2016.
Un divertido homenaje a los trajes de los pilotos de Fórmula 1 ha inaugurado la colección que presentó este jueves en la Pitti Uomo de Italia, con esculturales modelos ataviados con trajes ajustados, en tonos azul y blanco, repletos de anuncios, cadenas de oro tipo rapero y por casco, coronas de tamaño superlativo, que confería a la puesta en escena un componente de parodia.
Si no hay humor, no hay Jeremy Scott, algo evidente en la nueva campaña de Moschino que protagoniza Katy Perry. El diseñador estadounidense colabora junto a la firma en un momento en que ésta vuelve a disfrutar del esplendor que disfrutó con su fundador, Franco Moschino.
La clave, diseños cuanto más mediáticos mejor, uso abusivo del logo (el suyo propio y el de McDonalds o Bob Esponja) y el apoyo de estridentes it-girls como Katy Perry o Rihanna.
Scott (1974), el máximo responsable de la vuelta de la moda del logo, ha rebajado en cambio la presencia del emblema de la firma, y lo ha sustituido por colores chillones, rosa chicle, naranja metálico y colores neón, intercalado por algún que otro despistado encaje negro.
Tras su visionado del mundo de la Formula 1, tanto para hombre como para mujer, la irreverente visión del diseñador ha virado su propuesta hacia una serie de diseños más festivos y sofisticados, inspirados en la decadencia barroca de la corte francesa de Luis XVI.
El desfile de Moschino es el broche de oro de la 88 edición de Pitti Uomo, la feria mas importante de moda masculina de Italia, donde el uniforme es el traje sastre de corte italiano -como mucho pajarita, calcetines y pañuelo a juego- y al que el diseñador americano ha dado una lección de ironía y humor. EFE
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